viernes, 21 de abril de 2017

La actualidad revela que:










¿Cómo influyen las redes sociales en nuestras vidas?

Creo que el interrogante con el cual comienza esta entrada suscita muchas respuestas y todas ellas resumidas en una palabra: CAMBIO.

 Si echamos la vista atrás no imaginamos la sociedad de los años 70 con un móvil de última generación en la mano, ni podemos imaginar que en el paleolítico las personas que allí habitaban, usaran el Facebook, el Instagram o cualquier otra red social existente en el siglo XXI. Esta entrada puede crear bastante polémica, pero yo quiero dar mi humilde opinión. Como era de esperar, las tecnologías avanzan y con ellas, las personas. Aunque este avance tiene muchas desventajas también tiene otras muchas ventajas como por ejemplo que nos permite estar conectados con personas que se encuentran en el otro lado del mundo, nos proporciona comodidades ya que la actualidad, no se tiene tiempo de nada, muchos trámites se pueden realizar por Internet y eso es una gran facilidad y otras muchas más ventajas.

 El problema aparece en las redes sociales... Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y otras muchas redes que han existido a lo largo del tiempo son páginas diseñadas para interaccionar con personas conocidas o desconocidas, para publicar fotos, compartir mensajes etcétera; ¿Dónde van a parar todas esas fotos? por mucho que privaticemos nuestras cuentas ¿por qué hay personas que siguen teniendo acceso a nuestra información "privada"?, pues bien, deberíamos controlar aquella información que proporcionamos en las redes, aquellas imágenes que subimos y todo aquello que publicamos, pues no sabemos qué clase de persona puede estar viendo esa información y con qué fin pueda aprovecharse de ella.

 El gran motivo de preocupación llega cuando nuestros hijos, de edades tempranas y más mayores, acceden a este mundo sin tener ningún tipo de conocimiento, exponiéndose así cualquier cosa. Desde las escuelas y en las familias deberían crearse programas de información acerca de estas redes y advertir de los riesgos que se corren haciendo un uso inadecuado.

viernes, 14 de abril de 2017

¿Nos emocionamos?

El pasado día tuvimos la suerte de contar, los alumnos de 2º de Magisterio Infantil del campus de Toledo, con la visita de Miguel Romo Diez el cual nos habló de emociones.

Tras esa conversación y tras intervenir de forma activa, este asunto me dio que pensar... Me gustaría lanzar estas preguntas: "¿Nos emocionamos con los pequeños detalles? ¿Agradecemos a las personas que nos hacen bien? ¿Valoramos lo que tenemos? ¿Conocemos realmente a las personas que consideramos "amigos/as?"

 Haciendo un pequeño análisis personal, creo que en el siglo XXI está infravalorado el emocionarse... a día de hoy a una gran parte de la sociedad le da vergüenza llorar delante de otra persona, otra gran parte es capaz de retener sus emociones cuando algo les alegra; a día de hoy, he descubierto que el orgullo mueve montañas y que quedan muy pocas personas "reales", y cuando hablo de "real", me refiero a esas personas transparentes, esas que lo dan todo sin esperar nada a cambio, esas que si tienen que llorar de tristeza delante de cientos de personas, lo van a hacer, esas personas que se emocionan al leer un libro, esas que se preocupan por los detalles que las demás personas obvian, esas que sueltan una lágrima al leer un buen libro, esas que lloran de alegría cuando les das una sorpresa, esas que te entienden, que se preocupan y que valoran lo que tienen sin necesidad de perderlo.

 Con esto quiero decir que en pleno siglo XXI prima la apariencia, el orgullo, las amistades por conveniencia, un buen cuerpo, una mente vacía... Hagamos algo por cambiar esto, pongamos de moda el "ser uno mismo".

martes, 11 de abril de 2017

Reflexionemos...

Tras ver las recientes noticias, creo que este tema da que pensar... En pleno siglo XXI el tema del acoso está a la orden del día; me parece denigrante que sigamos tratando este tema, me parece horrible que la sociedad avance, que la mentalidad de las personas "supuestamente" haya avanzado, pero a la hora de la verdad sigamos con mentalidades arraigadas pero sobre todo considerándolo todo como "acoso".
 Estoy en total acuerdo con la necesidad de preocuparnos más por los temas que conciernen a nuestros hijos y nuestros alumnos, por los problemas que puedan surgirles en su día a día en la escuela y fuera de ella para detectar posibles irregularidades en sus vidas. Aunque estoy de acuerdo con esta nueva actitud, también considero que no todo debemos generalizarlo al ámbito del acoso, que hay situaciones inevitables, como por ejemplo una discusión o una pelea, que es normal que tengan lugar entre niños o adolescentes. Nosotros como maestros tenemos que estar muy pendientes y debemos preocuparnos por cada uno de nuestros alumnos, pero no podemos realizar el papel de policías.
Con esta imagen creo que dejo abierto un gran interrogante y sobre todo un gran debate...

En el siglo XXI seguimos hablando de "acoso"...